" Si tuviera el corazón cansado sería consciente de que
vivo. Y si fuera consciente de que vivo tendría cuanto menos dos opciones: o
angustiarme un poco más por sentir que mi vida, - fuera por la razón que fuera,
incluso porque alguien pretendiera vivirla por mí con el afán amable de
sobreprotegerme evitándome cualquier sufrimiento, - no es enteramente mi vida,
sino la mera prolongación de la de mi protectora, y aceptarlo; o rebelarme sin
ningún miramiento a riesgo de empeorarlo todo y asumir lo que me depare el
futuro ayudado por mi propio y dubitativo presente. Por supuesto con o
sin psicoanálisis.
Si yo tuviera tan sólo el corazón cansado sabría que
aún me queda la esperanza; y si aderezo esa realidad con un poco de buena
música, incluso podría ser demasiado. "
Pues, si. No recuerdo esta entrada como contestación, pero intuyo que me preocuparía entonces, y sin duda hoy sí me ha preocupado ese "si" condicional seguido, para colmo, de un subjuntivo imperfecto. Ese "si tuviera".
Ignoro si hace doce años carecía de corazón y si, de tenerlo, lo tuviera cansado, pero en todo caso me reconforta haber citado a la esperanza como tabla de salvación y a la música como aderezo inseparable de la primera. Con un poco tan solo de cada una de ellas se podría mover el mundo.
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